Mandar a un trabajador a ejercer su profesión a un país que desconoce no es tarea fácil. Y es que si a ese empleado le sucediera algo durante su estancia en el extranjero, la responsabilidad de la empresa podría verse comprometida al no haberse garantizado la integridad física del trabajador.
¿Qué pueden hacer las empresas en este sentido?
Cuando se va a enviar a un trabajador al extranjero durante unos meses, la compañía deberá consultar primero las recomendaciones que hace el Ministerio del Exterior. En función de un país u otro, los consejos serán distintos.
En su página web se pueden consultar los requisitos de acceso de cada país. Por ejemplo, en los países pertenecientes a la Unión Europea no hay problema con la llegada de ciudadanos europeos, mientras que si se destinará al empleado a otro lugar distinto a Europa, habrá que solicitar un visado para poder acceder a él y un permiso especial de trabajo, aparte del pertinente seguro, que es obligatorio.
La principal recomendación que hace el Ministerio del Exterior a los empleadores es que contraten un seguro médico por si el trabajador se pusiera enfermo durante su jornada laboral y requiriera asistencia sanitaria. Los costes médicos se reducirían considerablemente que si no tuviera seguro y después hubiera que abonar las facturas.
Muy diferente es el caso en el que se es autónomo y se viaja por cuenta propia a otro país para realizar un proyecto laboral. En ese caso, lo mejor es contar con un seguro de asistencia al viaje, que cubre muchos más aspectos que el seguro médico, o con una póliza relativa a la seguridad de la salud de la persona en cuestión.