Cuando se plantea un viaje, habitualmente se tiene en mente un presupuesto y en base a eso se escoge el destino. Lo mismo sucede con los seguros de viaje: hay que fijarse en el presupuesto que se tiene para elegir uno u otro.
Los seguros de viaje sirven para reembolsar los gastos del viaje que habitualmente no suelen tener devolución. Nos referimos a emergencias tales como la muerte, una enfermedad, huelga en la aerolínea o de los empleados del tren con el que pienses viajar, etc.
Los seguros de viaje acostumbran a incluir servicios como los gastos médicos, la cancelación o anulación del mismo, la interrupción del viaje debido a un contratiempo, la repatriación, la evacuación médica, el robo de efectos personales, los gastos de representación legal y la fianza, en el hipotético caso de que se tengan problemas con la justicia y muchos más servicios.
Una de las mayores ventajas de los seguros de viaje es que es el propio interesado el que puede escoger los servicios que más le interesan y configurar a partir de ahí su seguro de viaje en función del presupuesto del que disponga.
Estos seguros suelen cubrir todos los viajes que se realicen a lo largo del año hasta un máximo de 90 días consecutivos. Al ser un país no europeo, el seguro puede tener un costo más elevado, solo con las coberturas más básicas.
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